Creo que uno realmente se siente bien cuando logra reirse de si mismo.
Cuando paso por momentos feos, mi consuelo siempre es: "algún día me voy a estar riendo de todo esto, voy a mirar para atrás y todo va a parecer mínimo".
Así es, llegué a ese punto. Y me río. De nadie. Sólo de mi y mi ingenuidad. De lo archi mega ciega que fui. De no haber visto antes tantas cosas que hoy me resultan super visibles y básicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario