El desayuno no es verdaderamente mi comida preferida. Generalmente la salteo y llego al mediodía totalmente famélica.
Hoy me llegó un mensaje 8 y media de la mañana de una persona que me invitaba a desayunar. Resigné mis dos horas restantes de sueño y fui.
Una charla que nunca habíamos tenido, o varias se podría decir.
Podría decir también que me di cuenta lo que me cuesta entenderlo a veces y ver que sufre y lo feliz que me hace con algo tan tan simple como una invitación a vernos tres horitas.
Desayuné con mi hermano y, Quien hubiera dicho que desayunar era tan lindo!! :)
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