Hay veces que uno sencillamente se siente mal.
No hay explicación o quizás todavía no la conocemos. Tenemos ganas de estar solos y de poder desahogarnos en paz, de tener mala cara y sentirnos bien bien mal sin tener por qué caretear nada con nadie.
Otras veces, salimos corriendo a buscar a esa gente que siempre nos hace bien.
Que escuchandote, intentando calmarte, o con un simple abrazo en completo silencio, te devuelven la paz que tanto necesitabas. Eso que casi necesitabas pedir a gritos, esas personas, te lo dan sin que hables siquiera.
Lo más lindo para mi, sin dudas, es que esa gente nos ve tal cual somos... eso es lindo, la confianza de poder ser uno mismo aún cuando no es el mejor día de tu vida.
Qué lindos los abrazos y las palabras que te llenan de paz y tranquilidad.
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